miércoles, 31 de octubre de 2007
El futuro en la carrera presidencial
José Miguel Izquierdo
La Tercera
31/10/07
La encuesta CERC de octubre confirmó tendencias que hemos seguido con atención. La principal consiste en el posicionamiento de la Alianza en la representación de la expectativa de futuro, lo cual se observa en la ventaja de Sebastián Piñera frente a cualquier competidor.
En esta dimensión, también observamos la reinstalación de la competencia en la centro derecha, sin que aún se constituya una amenaza desde la izquierda para las opciones de Sebastián Piñera. Eso, por lo menos, hasta ahora, cuando las principales figuras presidenciables del oficialismo retroceden, como ocurre con Alvear y Ricardo Lagos. En otras palabras, mientras Piñera absorbe la imagen de futuro, Lagos tiende a quedar preso en el pasado.
También se consolida un cambio en las preferencias de individuos identificados con la DC. Esta variable fue muy importante para explicar el resultado de la primera vuelta 2005. Consistentemente, aquí registramos un crecimiento muy importante en los individuos identificados con la DC que ven en Piñera al personaje con más futuro político (pasó a ser mencionado por un 73% de este grupo, creciendo 33 puntos). Lavín también participa en esto, pero en magnitudes menores. Es curioso ver que el candidato UDI entra a este ranking apoyado en menciones provenientes de sectores PS y PPD, entre los cuales crece 16 y 10 puntos, respectivamente.
Como se observa, CERC no permite asegurar que las menciones puedan ser estudiadas, estrictamente, como intención de voto. Por eso, cobra especial interés el sentido de la pregunta, donde se pide mencionar cinco personajes con “futuro político”. No podemos creer que las personas entrevistadas tengan analizados los escenarios posibles de una competencia política. Al contrario, contestan según lo que han visto y escuchado, lo que convierte el ranking en una forma de medir la efectividad de aquellos que pugnan por ocupar un espacio en la agenda, donde, más relevante que nada, triunfan quienes logran imponer los valores que guían el debate público. Como vemos, Soledad Alvear está perdiendo esta batalla, en gran parte, por conservar la posición de apoyo cercano a un gobierno en caída libre.
Un efecto similar sufre Michelle Bachelet. Al igual que lo mostró CEP y, muy coincidentemente, Adimark GFK, la caída en el apoyo a la gestión del gobierno es una tendencia que nadie puede negar. Todas las encuestas nos hablan de una situación similar a la vivida por Eduardo Frei, primero, a mediados de 1996 y, definitivamente, en 1998, cuando más gente rechazó el mandato del último presidente DC. Sin embargo, CERC nunca mostró esta realidad, como sí lo mostraron otros que, por lo menos, transparentan sus investigaciones, publicando las bases de datos, los cuestionarios, sus fuentes de financiamiento y todos los resultados de sus estudios.
Ahora, si observamos las mismas series entregadas por CERC, tanto en la “no aprobación” del gobierno como en las notas comparadas con Lagos, vemos que Bachelet vive un pésimo momento y está siendo evaluado como el peor de la Concertación (al mismo nivel de Frei, en la primera variable). Difícilmente se sustenta la idea que el gobierno tiene un “sólido respaldo”. Al contrario, la crítica al mismo se ha constituido en una causa de la frustración que observamos en los individuos ante una mandataria que no cumple lo que promete, carece de autoridad y de capacidad para resolver problemas, tal como dice la última encuesta CERC.
Aquellas causas de desafección con la mandataria podrían explicar, también, por qué individuos moderados comienzan a señalar con más claridad su preferencia por una opción de centro derecha, como Piñera. En buena medida, la gran emergencia nacional consiste, no en el tono de la crítica política, sino en el bienestar desperdiciado a causa de la mala planificación de Lagos y la mala gestión de Bachelet.
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