miércoles, 5 de marzo de 2008
UK: “Renovando el conservantismo cívico”
El proyecto político de los nuevos conservadores en UK está lejos de ser el resultado de una buena capa de maquillaje y marketing. Muchos han sido los papers, libros y seminarios que han generado en orden a renovar que sentido tiene la opción Tory en el siglo XXI. En este blog hemos analizado varios como la charla+artículo de Oliver Letwin sobre el liberalismo conservador, el artículo de Danny Kruger sobre la nueva/ vieja dialéctica respecto a la libertad, la igualdad y la fraternidad, el paper Who´s conservative now analizado en la columna publicada en Qué Pasa, Donde están los progres y el libro de Jesse Norman Compassionate Conservantism (aquí en archivo digital). Ahora es el turno de David Willetts , diputado conservador y autor de los libros Conservantismo moderno (1992) y Conservantismo cívico (1995). En la The Oakeshott lecture, en LSE, el 20 de febrero presentó el recomendable documento “Renovando el conservantismo cívico”, (aquí el podcast y la transcripción).
En síntesis, el autor inicia su argumento señalando que el libre mercado solo puede funcionar en un ambiente moral y cultural que lo apoye. Como argumentaba Shumpeter, el capitalismo, aun cuando sea muy exitoso, puede destruir alguno de los valores morales, distintos a los del mercado, en los cuales se sustenta. Por esto, la tradición Tory le da tanta importancia a los valores compartidos y al sentido de comunidad como al rol de la propiedad privada y el libre mercado.
Hoy, desde el cruce de fértiles áreas académicas modernas como la teoría de juegos, la biología evolucionaria y la neurología, existe importante evidencia para encontrar claves para avanzar en el desafío de potenciar valores compartidos, profundizar el sentido de comunidad, y por sobre todo, crear mecanismo de cooperación (y no solo de competencia) para superar desafíos sociales.
En primer lugar, como lo demuestra la teoría de juegos, como el caso del dilema del prisionero, si estos se dinamizan o en otras palabras, analizan en forma repetida, la mejor estrategia resultante es la cooperación. Asimismo, usa el equilibrio de Nash (el set de soluciones en un juego donde ninguno de los jugadores pueden mejorar su posición al cambiar su estrategia) para argumentar que en sociedad las prácticas sociales descansan en instituciones las cuales generan equilibrios. Quien genera las reglas o instituciones puede por tanto cambiar equilibrios. Sin embargo, existen en la sociedad usos, costumbres y tradiciones que deben ser consideradas antes de cambiar un equilibrio. Pone como ejemplo la prohibición de fumar en lugares públicos. En UK hoy está prohibido fumar en los bares. El autor se pregunta si esto pudo haber sido posible 30 años atrás. La respuesta es no pues no existía una masa crítica social dispuesta en esa época a respetar una ley de ese tipo. Hoy, luego de una serie de cambios sociales en relación al tabaco, la existencia de suficiente información sobre los daños que provoca y ciudadanos organizados en contra, la ley se cumple al pie de la letra. El caso del cigarro se puede extender a temas como el racismo o el sexismo.
Así, el autor saca dos lecciones. La primera es que los gobiernos pueden ayudar a la sociedad al abrir opciones entre distintos equilibrios de Nash. La segunda, es que si se proponen cambios que carezcan de la fuerza o propiedad de ser cumplidas, el nuevo equilibrio propuesto puede fallar.
De esta manera, argumenta Willetts, el clásico error de la izquierda es especificar un resultado y asumir que es fácil usar las herramientas del Estado para lograrlo.
El objetivo en cambio, es diseñar instituciones o mecanismos que aseguren equilibrios que puedan ser sustentables. Asumir que las instituciones son lugares donde las personas interactúan unas con otras con la suficiente frecuencia para que la cooperación emerja como una estrategia racional. El desafío de los gobiernos es crear un ambiente en el cual las normas sociales y las instituciones tengan la capacidad de que la reciprocidad florezca.
Así, la cooperación en sociedad es posible.
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1 comentario:
Muy buen post Hernán. Lo importante es detectar las fallas de mercado, para evitar que se obstaculice la generación de un ambiente moral y cultural donde el mercado se sustente y los diversos juegos y equilibrios se ejecuten y consoliden.
No hay que olvidar que el mismo Adam Smith estaba más preocupado de su Teoría de los Sentimientos Morales que de su Riqueza de las Naciones.
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