Lecciones francesas
Eugenio Tironi
3 de mayo del 2007
El Mercurio
¿Por qué ganará Sarkozy? Primero, porque la sociedad francesa se ha corrido hacia la derecha, y contra esta realidad sociológica es poco lo que pueden hacer las campañas políticas.
El domingo sabremos quién será el próximo Presidente de Francia. El líder de la derecha, Nicolas Sarkozy, ganó en la primera vuelta con 31,2% de los votos, y ahora está arriba en las encuestas. Su contrincante, la socialista Ségolène Royal, alcanzó 25,9%, sobreponiéndose al trauma del 2001, cuando Lionel Jospin llegó en tercer lugar. Pero la gran sorpresa la dio el centrista François Bayrou, que obtuvo 18,6% de los votos. Contrariando la tradición, éste ha negado su apoyo a Sarkozy, aceptando sin recato los coqueteos de Royal. Más aún, en estos días ha denunciado la amenaza que representa para la democracia francesa la concentración de tanto poder político, económico y mediático en las manos de Sarkozy.
No obstante todo esto, la primera opción para el domingo la tiene este hijo de una aristocrática familia húngara inmigrante, que se hizo de fortuna en el mundo de la publicidad y siguió luego implacablemente la carrera política francesa, acumulando cargos parlamentarios, municipales, gubernamentales y partidarios.
¿Por qué ganará Sarkozy? Primero, porque la sociedad francesa se ha corrido hacia la derecha, y contra esta realidad sociológica es poco lo que pueden hacer las campañas políticas. Si se miran los números, la derecha -desde el centrismo de Bayrou al extremismo de Le-Pen- obtuvo en la primera vuelta 62% de los votos. Si se observan los temas que han dominado la campaña, son los que resuenan mejor con la derecha: seguridad, inmigración, orden moral, empleo, identidad nacional. Ganará Sarkozy, en segundo lugar, porque responde mejor a la demanda por un liderazgo fuerte, después de dirigentes débiles (como el enfermo Mitterrand y el dubitativo Chirac) incapaces de encarar el sentimiento de declinación que erosiona a la sociedad francesa. En fin, ganará porque es el único candidato que expone con claridad propuestas de fondo para los grandes problemas de la Francia de hoy.
Pero Sarkozy ganará también por los errores de los socialistas. En los últimos años ellos perdieron el control de la agenda y la mayoría (la izquierda, toda sumada, no supera el 33%). Ségolène Royal ha hecho esfuerzos por hacerse cargo de los nuevos temas, aun rompiendo muchos tabúes de la izquierda, pero la credibilidad en materia de seguridad, inmigración, familia o empleo está del lado de la derecha. El socialismo francés siguió mirando a su izquierda, sin advertir la emergencia de un centro cada vez más numeroso sin cuyo concurso ella no puede construir nuevamente una mayoría. Esto lo advirtió Michel Rocard, quien pocos días antes de la primera vuelta propuso la alianza entre "los social-demócratas" de Royal y "los demócrata-sociales" de Bayrou, quienes comparten "que el mercado debe ser regulado, que el Estado debe defender la solidaridad, que la igualdad de oportunidades debe estar asegurada para todos y entre todas las generaciones". Es lo que hizo la izquierda chilena, que fue capaz de superar una historia de polarización y crear la Concertación junto con la Democracia Cristiana, en un proceso que tomó varios años; en Francia, lograr en pocos días algo semejante es completamente irrealista.
Si alguien quiere aprender de la experiencia francesa, hay dos lecciones evidentes. Uno, para ganar se necesita contar con una mayoría social y política: quien la tenga, cuídela; quien no la tenga, constrúyala. Y dos, gana el liderazgo que encare a fondo los temas de la agenda: si su candidato no encaja, trate de cambiar la agenda; y si no lo logra, elija otro candidato. Voila.
jueves, 3 de mayo de 2007
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