miércoles, 16 de enero de 2008

Localismo: una visión clave


El localismo es un eje de política pública que busca potenciar los gobiernos locales entregandoles más atribuciones y recursos. Más que insistir en el Regionalismo, que se refiere a la profundización de las estructuras en regiones del gobierno central, lo que se debe potenciar en Chile es el Localismo, lo que en otras palabras significa avanzar en el proceso de municipalización.
La razón fundamental que hace del Localismo un tema tan potente es su capacidad de revitalizar la democracia al acercar el poder político a la ciudadanía. En tiempos de desafección y desconfianza con el sistema político y sus instituciones, el Localismo se presenta como una estrategia poderosa para aumentar la participación, la transparencia y el accountability. Al mismo tiempo, aumenta la capacidad de hacer más eficiente el gasto público, moderniza el Estado y acota el poder buracrático.

En Uk, el Localismo es una de las banderas más atractivas del proyecto político de David Cameron. En un posteo anterior hay un buen Video donde el director del Think Tank Direct Democracy explica las claves fundamentales del localismo ingles versión Tory.

¿Y que pasa en Chile con este tema?

En un muy buen Claves en El Mercurio de hoy, se analiza el tema en profundidad.
Este señala: "Que las municipalidades decidan el 30% del gasto gubernamental total, en vez del actual 13%, fue el compromiso que firmaron todos los candidatos presidenciales con la Asociación Chilena de Municipalidades. Pero no hay voluntad en el Ejecutivo de traspasar a los ediles una parte de las inversiones de impacto comunal. Pierde poder. Los parlamentarios, a su vez, se generan competencia electoral si los alcaldes tienen más recursos. También hay reproches de vuelta. Si quieren más fondos y gestión, los municipios tienen que mejorar la transparencia y permitir el control ciudadano".

Como sea, un proyecto de reforma municipal duerme en el congreso, el cual es una prioridad para el Proyecto de la Política de las Responsabilidades. Asimismo, es fundamental comprender que esta perspectiva es el resultado de un conjunto de principios políticos liberales, los cuales están muy bien sintetizados en las definiciones fundamentales de Direct Democracy. Y si bien estos han sido elaborados en el contexto del sistema ingles, son de todas formas muy ilustrativos de la visión que Chile debe incorporar para su propia realidad. Estos son:

1-Las decisiones deben ser tomadas los más cerca posible de las personas que será afectadas.
2-Los tomadores de decisiones deben ser directamente elegidos
3-Los ciudadanos deben ser lo más libre posible de la coerción del Estado
4-Las autoridades locales deben ser autofinanciadas
5-Las politicas deben estar bajo el control democrático local
6-El Estado debe financiar la educación, más que administrarla
7-El Estado debe financiar la salud, más que administrarla
8-Los impuestos deben ser simples, justos, transparentes, eficientes, competitivos y bajos.
9-La supremacia del parlamento debe estar garantizada sobre los ministros, jueces, oficiales y las obligaciones de tratados internacionales
10-Los candidatos al sector público deben ser seleccionados de la base más amplia posible.

La claridad de Direct Democracy es sólida y el Localismo una fuerza a la cual solo cabe sumarse. Pero, ¿qué principios podemos sumar/ adaptar a este decálogo para elaborar el Localismo chileno?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hernan, no suelo postear, es la palabra? Me anime porque suena atractivo esto del localismo. Me gustó. Aunque debo decir, eso sí, mucho sarcasmo innecesario contra el Estado (muy a lo Nozick-Hayek). Finalmente el estado parece ser el socio de todos -liberales, comunitaristas, hasta de banqueros endeudados! Y aquí en el UK maneja hasta la tele, y rebien fijate. Si comulgas con el decálogo, entonces celebraría la apuesta por el punto 6 y 7 (no son las municipalidades una extensión del Estado?). La municipalización es una estrategia estrella de la revolución pinochetista de los 80s. Atractiva entonces la idea de dar en algo la espalda a ese experimento destemplado moviendo la ecuación desde la administración al financiamiento. Sin embargo sabias que las municipalidades, por ejemplo, en educación están completamente desfinanciadas? -‘administramos pobreza’, me dijo un director de escuela en mi fieldwork. Entonces como se sostiene el punto 6 y 7, potentísimos claro esta, si en el punto 8 planteas bajar los impuestos? Pregunta tan aneja como vigente!

Saludos Alejandro C.

JC dijo...

H,

Buena entrada. Una idea adicional que está relacionada con el principio 1 que planteas.

Un principio básico del localismo es que, como plantea Alexis de Tocqueville, "each man is the best judge of his own interest". Si estamos de acuerdo en ese corolario básico, entonces el poder de tomar decisiones debe residir, por defecto, en ciudadanos individuales, quienes se organizan en comunidades políticas sólo para resolver aquellos problemas que no pueden ser resueltos por ellos solos. Así, en la medida que los problemas se hacen más complejos e involucran a más personas, es una instancia superior la que debe abordarlos: municipalidad, luego región, luego país.

Para contestar la pregunta ¿a qué nivel deben abordarse los distintos temas de política pública?, el enfoque debe entonces ser de abajo hacia arriba (bottom-up) y no de arriba hacia abajo (top-down). Es decir, debemos empezar suponiendo que son las municipalidades quienes deben resolver todos los problemas. Y sólo cuando la municipalidades no pueden abordar un tema, éste debe ser asumido por el gobierno regional, y luego por el central.

Hoy nuestro enfoque es el opuesto. Partimos por suponer que todo lo hace el gobierno central; esa es la regla. Y los temas a cargo de las regiones o municipalidades son la excepción.

En ese sentido, el localismo requiere un cambio de filosofía, un cambio de enfoque, no sólo reajustes administrativos.

JC

sacacorchoontologico dijo...

Claro, una especie de rol subsidiario del estado pero al revés. Es decir, que el gobierno local y la sociedad civil se hagan cargo de la provisión de bienes meritorios como la educación, la salud, la seguridad social y la infraestructura de uso público, y que el estado central sólo se haga cargo y actúe cuando la sociedad civil y las municipales no puedan abordar ciertos problemas, como el otorgamiento de bienes públicos esenciales (administración de justicia, acceso a la información, resguardo de seguridad ciudadana, y protección ante las amenazas externas).