martes, 25 de septiembre de 2007
lunes, 24 de septiembre de 2007
ABC: Manual para asnos y elefantes
Diario ABC
Pedro Rodríguez, Washington
Aunque en España no se cultive demasiado, el arte de la retórica persuasiva en la vida pública en Estados Unidos empieza a alcanzar unos niveles de sofisticación que a veces rayan casi en la pirueta lingüística. Dentro del alarde de comunicación política que supone toda campaña por la Casa Blanca, republicanos y demócratas se han vuelto a embarcar este año en elaboradas estrategias para capturar la atención del electorado a través del poder de metáforas y esfuerzos de ingeniería semántica.
Modelos familiares antagónicos
Desde las militantes filas del Partido Demócrata, uno de los ejemplos más destacados de este esfuerzo por «enmarcar» mensajes políticos es el lingüista George Lakoff. Este profesor de Berkeley, que recientemente ha publicado en España su manual «No pienses en un elefante», argumenta que la política en EE.UU. en el fondo gira en torno a dos concepciones idealizadas de lo que debe ser una familia y sus correspondientes valores: modelo de estricto patriarcado (republicanos) o modelo de crianza protectora (demócratas).
Frustrado por toda la ventaja que en el terreno del lenguaje político llevan los republicanos, Lakoff insiste en que los demócratas deben hacer un esfuerzo de comunicación para «reenmarcar» su agenda política y conectar mejor con las estructuras mentales que conforman la forma en que cada votante percibe el mundo. Estrategia que a su juicio debe empezar por evitar la jerga conservadora que prefiere, por ejemplo, hablar de «ayuda de impuestos» («tax relief») en términos positivos pese al efecto negativo que estas políticas fiscales puedan tener en la financiación de servicios públicos básicos. Expresión que además coloca en el papel de villanos a los que atacan esas ofertas de alivio fiscal e implica que los impuestos son una especie de enfermedad.
Según advierte el profesor de Berkeley, «sus palabras nos meten en su visión del mundo» con un alto precio político. Ya que según Lakoff: «La gente no vota necesariamente por su interés personal. Vota por su identidad. Vota por sus valores. Votan por los candidatos con que se identifican». Ante este pulso de lenguaje, ideas y política, este lingüista militante también es el primero en reconocer que los republicanos llevan una ventaja de varias décadas a la hora de enmarcar a su favor los grandes debates de EE.UU.
El gran gurú republicano
En las filas del Partido Republicano, el gran gurú lingüístico es Frank Luntz, a quien el propio George Lakoff reconoce como un dañino maestro a la hora de acuñar mensajes políticos. En su también reciente libro, titulado «Palabras que funcionan», Luntz argumenta fundamentalmente que no importa tanto lo que un político diga, sino lo que la gente escucha. Ya que de forma consciente o inconsciente, los votantes, los consumidores y en realidad todo el mundo están sometidos al poder del lenguaje.
Frank Luntz -entre cuyas asesorías figura el lenguaje utilizado por los conservadores en la exitosa ofensiva legislativa de los noventa conocida como el «Contrato con América»- se atreve incluso a ofrecer una relación de palabras favoritas y frases para el siglo XXI, que empiezan ya a repetirse bastante en la actual campaña presidencial y no solamente de la boca de republicanos. Entre estas sugerencias léxicas figuran: imaginación, sin complicaciones, estilo de vida, responsabilidad, resultados, innovaciones, revitalizar, eficiencia, derecho a, inversión, independiente, certificado, prosperidad, espiritualidad, seguridad financiera o aproximación equilibrada.
Aunque para Luntz, la batalla actual sobre lenguaje político en Estados Unidos tiene que ver mucho más con la comprensión que con la articulación.
Cómo se dice...
Denegar: No dar.
El Gobierno: Washington.
Privatización: Personalización.
Recorte de impuestos: Ayuda de impuestos.
Impuesto de sucesiones: Impuesto de la muerte.
Globalización: Economía de libre mercado.
Comercio extranjero: Comercio internacional.
Extranjeros indocumentados: Inmigrantes ilegales.
Perforando para encontrar petróleo: Explorando fuentes de energía.
Escuchas telefónicas: Interceptación electrónica.
Cheque escolar: Becas de oportunidad.
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